Desde las decisiones más insignificantes y automatizadas que tomas en tu día a día, hasta aquellas más complejas que tienen un impacto a largo plazo en tu vida y en tu entorno, son producto del mismo sistema: TÚ. Para ser más concreta, tu sistema nervioso.
Tu experiencia, los aprendizajes tempranos, aquello que te transmitieron, que modelaste y continuas modelando de tu entorno, han creado y gravado en tu sistema nervioso cadenas de información que utilizas una y otra vez para interpretar, relacionarte y moverte en tu realidad cotidiana.
Estas impresiones se expresan a través de tus necesidades, a través de cómo te sientes, cómo te mueves, cómo piensas, cómo te comportas, cómo te comunicas, cómo experimentas, cómo aprendes, cómo creas y cómo te desenvuelves en las diferentes habilidades. En definitiva, en cómo construyes la vida que quieres vivir.